El marketing de contenidos se está inventando mientras se leen estas líneas. Se trata de una especialidad muy nueva y que muchos creen dominar, pero no siempre se logran resultados convincentes. Las organizaciones de todo el mundo se cuestionan qué hacer al respecto. Escuchan en el ambiente la frase de aquél asesor de Bill Clinton, pero reformulada: Son los contenidos, estúpido.
La idea general está clara. Se trata de crear contenidos alrededor de una marca o producto, que enganchen a la audiencia, ya sea para informar, divulgar, formar, fidelizar o, simplemente, para vender.
Pero muchos negocios ni siquiera tienen claro qué están buscando detrás de esta etiqueta y les cuesta marcar los objetivos de su web, blogs o redes sociales corporativas.
Parece evidente que algún beneficio tendrá cuestionarse el fin último de los contenidos corporativos, cuando prácticamente todo el mundo se ha abonado a la tendencia, y casi todos los directivos actuales mencionan una estrategia de content marketing cada vez que pueden.
Pero no siempre el discurso está bien construido.
La primera idea que se puede consolidar es que el content marketing pretende comunicar valores de marca que otras acciones no logran trasladar.
“Transmitir los atributos de una marca o producto, de forma continuada y construyendo los elementos que completan y enriquecen la simple denominación” puede ser una primera declaración de intenciones.
Pero, ¿cómo construir y mantener este esfuerzo?
Los departamentos de marketing, históricamente responsables de la constitución y defensa de la marca, han sido investidos con la atribución, pero con frecuencia se ven superados por la propia naturaleza y magnitud del esfuerzo que se precisa para llevarla a cabo y, más importante, para mantenerla en el tiempo.
Tras la idea, la técnica
Para empezar a poner en marcha una estrategia de contenidos en una organización es preciso comenzar por definir una idea, que sea trasladada a un plan y calendario de acciones concretas. Es decir, los pasos imprescindibles en cualquier iniciativa de corporativa.
Un plan que defina el camino a seguir permitirá ganar tiempo, pero sobre todo explicará el sentido del empeño a toda la organización, con la responsabilidad añadida de ganarse el respeto y compromiso de todos los miembros de la empresa.
Resulta evidente que mejorar los contenidos propios de cualquier persona o entidad sólo puede reportar beneficios para ellos, pero crear una estrategia para hacerlo y mantenerlo en el tiempo no es tarea sencilla.
Definir contenidos de interés, aconsejar el mejor formato para transmitirlos y consolidar una estrategia global de content marketing será, sin duda, uno de los must-do de cualquier organización.
Y la gran prioridad de todas ellas, conseguir una vinculación directa con el cliente.
Para ello, hay toda una generación de herramientas que vienen a auxiliar en este punto; desde sistemas de gestión de contenidos, a soluciones que dinamizan las redes sociales, videos y otros formatos virales, gabinetes 2.0 o técnicas de realidad aumentada.
Toda una revolución en los canales de interacción, con el móvil y la televisión online como grandes expectativas, pero también en los formatos con los que se llega a la audiencia objetiva.
Construir el edificio comunicativo y la imagen externa de una organización, de una forma global, que abarque todos los mensajes fundamentales del negocio, sus implicaciones y sus diferentes modalidades, sobre todo en función de las audiencias, es un reto posible.
Para ello, deberemos ser capaces de crear un plan completo de content marketing, con sus objetivos, estrategia, equipo, herramientas y alcance. No sólo es necesario poder crear los contenidos, sino hacerlo con un sentido concreto, con la idea que mencionábamos al principio.
Definidos los objetivos, audiencia y alcance, llega el momento de dibujar una estrategia que incluya la definición de los contenidos, así como el formato y herramienta más adecuada para trasladar los mensajes.
Desde gestores de contenidos a herramientas SEO y redes sociales entran en juego, pero sin olvidar otros formatos tradicionales, con igual o más capacidad para reforzar la imagen que buscamos.
Crear contenidos, guiones, mensajes y todo tipo de formatos de marketing, conferencias, eventos, vídeos, cuñas radiofónicas, infografías, presentaciones, y los más variados mensajes, resulta hoy en día esencial para posicionar la imagen de la compañía en todos los canales a su alcance. Y una agencia de marketing y comunicación externa es la mejor opción.
Se garantiza así disponer de un equipo de redacción externa, experto, multidisciplinar y flexible, integrado por profesionales con conocimientos muy amplios, en diferentes mercados y sectores, con una larga trayectoria editorial, bregados en mil proyectos editoriales y de comunicación y con la experiencia necesaria para detectar lo que funciona y lo que no.
Un recurso flexible, sin costes estructurales, eficaz, cercano y siempre disponible para todo tipo de campañas puntuales o con un compromiso a medio y largo plazo, con un equipo dedicado y motivado, capaz de soportar picos de productividad a lo largo del año. La solución más adecuada y ajustada a cada empresa y proyecto, con los recursos necesarios en cada momento.
Su utilidad es clara, evita a la empresa o entidad tener que hacerlo internamente, interrumpiendo las labores en las que realmente aportan valor, y teniendo que asumir unos costes internos para mantener un recurso innecesario y que, además, muy rápidamente resultará obsoleto.
Un departamento interno que además será observado con desconfianza o desprecio por el resto de la organización, que no entenderá el fin último de su existencia.
Un completo equipo
Estas y otras barreras internas quedan disueltas en el caso de una agencia especializada, por la actividad continua y multicliente de los profesionales del marketing y la comunicación que la integran, usuarios activos de las herramientas tecnológicas disponibles y con la experiencia en diferentes proyectos.
Este expertise es muy valioso y no aprovecharlos supone casi un despropósito.
Periodistas, diseñadores gráficos, comerciales, expertos en redes sociales y herramientas de marketing 2.0, community managers, productores de video, informáticos o incluso desarrolladores, al alcance de cualquier cliente o proyecto y con la garantía de recibir un servicio acordado inicialmente, medido y sujeto a varios controles de calidad.
Un equipo encargado de definir y poner en práctica cada proyecto, que es único, y responsable último de sus resultados, basados en criterios objetivos de visibilidad, presencia pública y éxito comercial.
El nuevo horizonte del marketing va a pasar por una estrategia integral de marketing, comunicación y contenidos, en muy diferentes soportes y formatos, para todo tipo de audiencias objetivas, que además son cada vez más exigentes.
Y las empresas necesitan un socio externo que les facilite su acceso a ellos.
Posted by Esencial Media